Educación artística y transmisión del conocimiento

Entenderemos que “la identidad está fundamentalmente ligada a la memoria y a la percepción histórica y la memoria como conocimiento en el tiempo, imprescindible para la articulación de la comprensión histórica” (Vives, 2009). Frente a estos dos conceptos, la educación, a través de las artes como herramienta de transmisión del conocimiento desde un paradigma participacionista y también integral, hace parte a la sociedad como eje central de los mecanismos de gestión. Asimismo, la dimensión artística entendida desde la identidad obedece a aspectos de desarrollo interno de los seres humanos y a las interacciones existentes entre ellos, por ende, a la socialización y por qué no al aspecto “emocional”.

Por ejemplo, cuando una obra de teatro “sobrecoge, emociona o sorprende a la audiencia” obedece a aquellos aspectos más profundos vinculados al ser humano que logran conectar con el hecho escénico, a través de acciones que gatillan “algo” en nuestra memoria emotiva desde el propio conocimiento. En este escenario podemos afirmar que, al vincular estas acciones con la dimensión educativa, las artes vivas representan un tremendo instrumento para transmisión del conocimiento, ya que logran una dimensión en el ámbito de la pedagogía, aun sin inhibir la ilusión del juego proyectado en niños y niñas, por ejemplo. Por consiguiente, la educación artística es un aporte significativo para simplificar el lenguaje, mejorar la comprensión de contenidos, innovar en nuevas herramientas educativas, desarticular la teoría para volverla práctica y por sobre todo arraigar la identidad de una comunidad en el caso de la educación patrimonial. En el ámbito del patrimonio histórico, las artes escénicas han favorecido la transmisión de este conocimiento reforzando temas asociados a la memoria, historia, relatos, oralidad y puesta en valor; generando reflexiones relevantes para el desarrollo de la cultura y las artes.

“Una sociedad entenderá mejor su presente y se desarrollará felizmente hacia el futuro, solo si conoce cabalmente su pasado (Pino, 2017)”.

Columna de Opinión por Liliana Ili, Directora Artística de Teatro de la Asociación Patrimonial Cultural de la Región de Los Ríos.