Desde el centro de Valdivia, yendo hacia Avenida Ramón Picarte y unos metros más allá de “Funeraria Vallejos”, se encuentra un pequeño local comercial que encierra un verdadero patrimonio de la ciudad: “Sastrería Catricheo”, que desde 1972 atiende ininterrumpidamente a una clientela aún fiel a lo estilos más tradicionales de la vestimenta masculina. Confecciones como vestones, chalecos, smoking, ternos, frac, montgomery o pantalones son algunos de los servicios que presta su dueño, Rodolfo Catricheo (1939), quien a temprana edad se trasladó desde la comuna de Máfil -donde nació- hacia Valdivia para continuar sus estudios en el Liceo de Hombres, que en esa época se ubicaba en calle General Lagos. “Yo comencé a trabajar a los 10 años en mi pueblo natal”, menciona, mientras papel en mano, muestra una copia de sus cotizaciones que certifican su trabajo juvenil. “Trabajaba durante 4 meses, porque después había que ir al colegio”, agrega. Fue a los 16 años y mientras estudiaba en Valdivia, que ingresó a la sastrería “Sanhueza Hermanos”, quienes fueron sus primeros maestros en este oficio y que, además de Valdivia, contaba con locales en Osorno y Concepción. “Los Sanhueza eran 3 hermanos que se habían titulado de sastres en Buenos Aires. En aquellos tiempos no existía confección de ropa, sino que era pura sastrería y era catalogado como un lujo. De hecho para mí esto es un arte”.
“Al principio solo efectuaba labores de junior, pero de a poco comencé a aprender en estas máquinas antiguas donde se trabaja de a pie. Recuerdo que don Lucho Sanhueza, el dueño, me preguntó ‘¿Cómo vas con la máquina?…. Porque si no, pesca tus cosas y anda a vender carbón‘, recuerda entre risas Catricheo.
El “clásico” local de Rodolfo Catricheo ubicado en calle Picarte desde 1992.
INDEPENDENCIA
Luego de dos años y una oferta del dueño para seguir en la tienda de Concepción, a la cual declinó, ingresó a la sastrería de Pedro Contreras -ubicada en Picarte 511; Galería Picarte- , que junto a su hermano Sein, eran dos de los especialistas más conocidos de la ciudad. El sastre Óscar Villegas -quien tenía su local al frente de la Farmacia Prat- sería su último jefe por 25 años hasta su independencia. “Yo me inicié con mi sastrería en el año 1972, justo al frente a la Iglesia Sagrado Corazón en Picarte, muy cerca de acá. Y desde 1992 en mi local actual”.
Casado con Erica Prieto hace 60 años -el 18 de abril estuvo de aniversario-y padre de Jorge, Marcelo Gabriela y Ximena, narra que “esto ha sido mi vida. Acá he podido conocer mucha gente, tener muchos amigos y también atender a personas importantes. Sin duda ha sido increíble y lo bueno es que mi salud ha estado bien. Este oficio mantiene, a mis 85 años, mi mente aún activa”, concluye.
Aquí se trabaja de acuerdo a lo que requiere el cliente y por lo general los plazos de confección son cortos. En total son 3 personas las que trabajan junto a mí: René Vidal, pantalonero y el más antiguo; Juan Macaya y Luis Motas, ayudante de sastrería quien llegó de Haití hace 7 años”.
Rodolfo Catricheo, sastre.
En 2014 Rodolfo Catricheo fue reconocido como “Patrimonio Viviente” por la Universidad Austral de Chile.