Una de las postales más típicas que por años tuvo el centro de Valdivia fue el “señor del acordeón”. En calle Picarte con Camilo Henríquez, justo al frente de la Plaza de la República, Raúl Mautz, acudía todas las mañanas de 10 a 13 horas a entonar sus melodías esperando recibir alguna ayuda económica de los transeúntes. Oriundo de la ciudad de La Unión, quedó ciego a los pocos días de nacer, sin embargo, eso no fue impedimento para que realizara una destacada carrera. “Siempre quise estudiar leyes, pero el dinero no lo permitía porque era escaso”, indicó hace ya varios años. Fue entonces que optó por la docencia, titulándose como profesor normalista en el año 1960. “Una cosa que no se me va olvidar nunca fue cuando recibí mi licencia como docente, entregada por la señora Inés Henríquez Froden, la primer intendente de Chile nombrada por el partido radical y posterior diputada de Chile por Valdivia”, comentó en una oportunidad a Revista Temporada de Valdivia.
Ayer, viernes 28 de octubre de 2022, en horas de la tarde, Raúl Mautz, dejó de existir. Pero su legado como patrimonio viviente, seguramente perdurará por generaciones que en más de alguna vez vieron tocar, con frío o calor, al señor del acordeón.
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Tocar el acordeón ha sido excelente, nunca pensé que iba a hacerme de tantos amigos. De hecho por ahí, gracias a mi música, se supo que yo también era radioaficionado, y diferentes instituciones me han regalado equipos con los cuales me comunico desde mi hogar”.
Raúl Mautz a Revista Temporada a mediados de la década del 2000.