En la actualidad, nos encontramos inmersos en una contingencia donde los incendios parecen ser una amenaza constante, especialmente durante un período que debería ser sinónimo de ocio y disfrute del verano. Es lamentable observar cómo el fuego ha alterado el paisaje de nuestro país en los últimos tiempos, afectando tanto entornos naturales como áreas urbanas. Nuestra región, y en particular Valdivia, cuenta con una amplia experiencia en este tipo de desastres, como lo evidencia el devastador incendio de 1909 que arrasó gran parte del centro de la ciudad. Aunque desde entonces se han implementado medidas de seguridad y mejoras en la infraestructura, la vulnerabilidad de nuestra región, rica en patrimonio natural y cultural, sigue siendo evidente.
El patrimonio arquitectónico, especialmente aquel construido en madera y que forma parte de la identidad regional, se encuentra particularmente expuesto a estos riesgos. Muchas de estas estructuras se concentran en los cascos históricos de nuestras ciudades, siendo testigos de la evolución histórica y cultural de la región. Recientemente, hemos sido testigos de pérdidas significativas, como los incendios en Av. Picarte y la emblemática Última Frontera, representando esta última una pérdida del patrimonio cultural tanto material como inmaterial para la ciudad de Valdivia. No solo se queman edificios, sino también las emociones, historias y valores asociados a ellos, dejando vacíos tanto físicos como emocionales en nuestro entorno urbano.
La vulnerabilidad de nuestro patrimonio cultural se ve agravada por la falta de sensibilización y reconocimiento general, así como por la escasez de protección legal y herramientas para su gestión y conservación. Esto nos insta a buscar nuevas formas y medidas de seguridad, así como a ser creativos en la conservación de nuestro patrimonio construido en madera con una adecuada protección contra el fuego. También nos obliga a reflexionar sobre cómo abordar los espacios vacíos que quedan tras la pérdida de edificaciones importantes, evitando que se llenen simplemente con estacionamientos.
Leyla Sade, Directora de Patrimonio, Asociación Patrimonial Cultural de la Región de Los Ríos.
Imagen corresponde a la Casa Central de la Universidad Austral de Chile.