Roberto Matamala realiza un repaso histórico sobre la evolución del Teatro en Valdivia

Roberto Matamala realiza un repaso histórico sobre la evolución del Teatro en Valdivia

Hablar de teatro con Roberto Matamala es desentrañar lo más profundo de una madeja llena de historias y anécdotas que van saliendo tal cual monólogo arriba de un escenario, y que literalmente van cobrando vida propia con cada uno de sus relatos. A sus espaldas lo acompaña un extenso currículum que incluye la dramaturgia, dirección, actuación, producción, docencia, investigación y literatura. Y si bien ha debido “recluirse” en su hogar, como él mismo menciona, producto de la pandemia, sigue estando abocado a la investigación y docencia. “Creamos un diplomado en Teatro a través del Centro de Educación Continuo de la Universidad Austral de Chile. Las clases comienzan el próximo 22 de mayo. En relación a la investigación estoy realizando un estudio sobre el  “Teatro Luna” y la literatura en Valdivia, además de algunos proyectos editoriales”, comenta.

El fundador del grupo de teatro “La Rueda” en 1973, hace un repaso por lo que ha sido Valdivia en la escena cultural y específicamente teatral a través de los años, partiendo por el siglo XVIII con la primera obra dramática que, al menos, se conserva, y fue efectivamente representada. “Su nombre es “El Triunfo del Deseo” y pertenece a Martínez de Bernabé, un Capitán del ejército español que la escribió para la asunción de Carlos III y se basa en personajes alegóricos. Esta obra fue representada en Valdivia en aquella fecha, junto a otras actividades como procesiones o una corrida de toro. El texto se conserva y ha sido rescatado gracias a la infatigable labor del padre Gabriel Guarda”, cuenta. Asimismo, el dramaturgo, destaca la labor del Fray Camilo Henríquez, quien no solo destacó por la “Aurora de Chile” (primer periódico en el país), sino que también por la obra “La Camila o la Patriota de Sudamérica”, que “nunca se estrenó ya que tenía mucho de panfleto político de la época”, puntualiza.

AÑOS VENIDEROS

La historia teatral valdiviana sigue su curso hasta los albores de la Universidad Austral de Chile, donde “algunos grupos de teatro que existían se empezaron a entusiasmar para que esta Casa de Estudios se hiciera cargo en la materia. Fue así como en 1970 se crea efectivamente una Escuela de Teatro que dura hasta el año 1973, donde evidentemente hay un quiebre. Sin embargo, esta  duró a modo de taller hasta 1986 donde se acaba definitivamente el teatro dentro de la UACh”. Paralelamente, en la década de los años ochenta, existió un gran auge de los grupos teatrales locales, uno de los más destacados de la época fue  el Teatro Independiente de Cámara (TIC), donde uno de sus fundadores y gestores fue el propio Matamala. “En 1985 logramos reunir a los grupos de teatro en la ciudad y montamos el famoso “Calígula”, que fue un espectáculo notable donde muchos se peleaban por adquirir una entrada. En aquellos años lo hicimos en el antiguo teatro Lord Cochrane donde era básicamente cemento en bruto”, narra.

La década de los noventa traería nuevas generaciones en las artes escénicas con el “Teatro Luna” y a comienzos del nuevo siglo la vuelta del teatro a la UACh en la Facultad de Filosofía y Humanidades y en la Escuela de Lenguaje y Comunicación, donde Matamala fue uno de sus precursores: “se comprendió que una de las posibilidades fuertes de introducir el teatro es a través de la educación”, dice. Acota que últimamente se han creado nuevas agrupaciones teatrales, algunas de ellas de jóvenes que han llegado a la ciudad atraídos por la belleza escénica de esta y su calidad de vida.

EL TEATRO EN TIEMPOS DE PANDEMIA

Desde el inicio de la pandemia hasta estos días, distintas instituciones se han visto afectadas de manera considerable. Las artes no escapan a esta situación, y aunque han debido reinventarse en un formato “online”, Roberto Matamala, siente que hay algo que está faltando. “Este sistema virtual es un nuevo arte que está surgiendo y puede tener posibilidades maravillosas, pero no es teatro. Este es público, con actores presentes, frente a frente; aquí y ahora. El teatro es un rito de la humanidad que tiene que estar presente”.

En relación al Día Nacional del Teatro que se celebra hoy día, el valdiviano, precisa que “este arte es algo propio del hombre. Sé que hay gente joven trabajando con muchas ganas y lo van a seguir haciendo. Lo único que les podría recomendar a ellos es que lo hagan con todos sus esfuerzos, pero también estudien y trabajen mucho. El arte duele, sin embargo, confío mucho en los nuevos movimientos. Les pido que no se olviden de los viejos, apoyándose en ellos tal vez se puedan hacer las cosas de mejor forma”, concluye.

Fotografía: Cortesía Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Austral de Chile

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