El desafío de los nuevos públicos

El desafío de los nuevos públicos

El aplauso, el hecho de “palmear”, es un fenómeno universal. Revela a ciencia cierta la reacción física del espectador quien después de una forzada inmovilidad libera su energía. El aplauso considera entonces una función empática: es el encuentro “mano a mano” entre el espectador y el artista, más allá de la ficción. Algo que actualmente dista del encuentro presencial, por lo que espectadores, audiencias y/o públicos; se han desplazado a habitar un nuevo espacio, en un escenario cultural plagado de incertidumbres donde, además, las creaciones han debido trasladarse a pantallas y las dificultades varían entre cancelación de espectáculos, hiperdigitalización de contenidos, detrimento de la economía creativa y sobre todo las derivadas de la falta de acceso a la conectividad. Por consiguiente, se ha debido replantear el hecho de poner contenido artístico ante un otro u otra, cobrando profunda importancia conceptos como la “cocreación” y poniendo a los públicos al centro de la gestión de compañías, espacios y organizaciones, reforzando la idea de colaboración y en donde la figura de mediadores y facilitadores viene a complementar el rol multidisciplinar que ha desarrollado la cadena de valor de las y los trabajadores del espectáculo. De todo el repliegue en el contexto sanitario internacional, hacia el mundo de las artes, se ha cimentado la idea de repensar estos públicos, encontrándonos con nuevas formas de gestión, producción e innovación cultural; en donde los creadores poseen un rol crucial, pero los públicos también, siendo necesario interpelarles, descubrir qué es lo que quieren, esperan y cómo se han transformado en este tiempo, es decir, cómo “nos hemos transformado”, reconociendo que el aplauso esta casi de vuelta, pero ya no somos los mismos y los públicos tampoco. Por consecuencia, esto nos plantea desafíos futuros como la comprensión de la identidad de nuestro entorno y de qué manera la audiencia es impactada o sensibilizada por los contenidos que actualmente producimos y/o programamos, de esta manera habitar el nuevo espacio, como una nueva posibilidad en razón de la comunidad, hace muy relevante la cadena de proceso, además del resultado, con la esperanza de experimentar nuevamente el acto virtuoso de recuperar la vida cultural.

La Asociación Patrimonial Cultural, considera el desarrollo de actividades artísticas que fortalezcan la economía creativa del sector, además de formación, mediación tanto para el sector cultural como para la comunidad, dinamizando la programación cultural. Además, dispone de canales de difusión para el material producido por artistas e infraestructura de calidad para la creación de actividades culturales en el Teatro Regional Cervantes.

Columna de Opinión: Liliana Ili, Directora Artística de Teatro

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